Este palpitar insurrecto
no me deja a mi pensar,
a veces ni siquiera respirar
¿Cuántas veces he tenido tiempo para descansar?
al parecer, ninguna.
Me han cortado mis uñas
con el filo del sangrar,
escribo igual estos versos,
toco igual mi instrumento
y mis alas destilar,
solamente a destilar.
Esquinas antiguas
alumbran mi danzar,
es el gato,
es el diablo,
que acompañan mi marchar
¡Cuantos más deseo que me sigan!
Porque son tres tarros,
más de tres vacíos
ah, y un cristal redentor
Dos tomates en mi aliño
acá en mi cuarto de cantor
que nació desprevenido,
en cuna de profesor
lanzo al aire muy deprisa,
ya no sé ni cuantos son
Capitales subversivas
maquillan al corazón
tanto hablan,
tanto dicen,
tanto lloran,
tanto tocan
no lo sienten ni a tambor,
ni siquiera a tambor.
Pero logré aprender,
y prescindí de esta nación
cuando abandoné
toda facultad de amar
Pero recordé,
que aun hay libertad
por la cual luchar,
la espera sigue siendo igual.
Y recordé,
que existe esa dignidad
por la cual pensar,
que aun hay gente detrás.
Y logré aprender,
a prescindir de esta nación
y recuperé
esa facultad mental,
de pensar,
esa facultad de amar
y recordé,
que aun hay libertad
por la cual luchar,
¡HAY MUCHA!
y la espera seguirá siendo igual.
Y recordé,
que existe esa dignidad
por la cual pensar,
aun tenemos gente detrás.
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