domingo, 10 de julio de 2011

Otra Vez

Otra Vez

Varados encuentros callados,
avanzo sin mirar al frente,
y mil guitarras condescendientes
van corrompiendo mi sed,
en batallas muy lejanas,
que cierran mil puertas,
me llaman a su encuentro
apuradas se entusiasman,
se entusiasman por correr.

Cayeron raíces,
me llevaron muy lejos,
callaron unidos,
me vieron volver,
rieron los muros,
que me robaron el tiempo,
vagué perdido,
hasta el amanecer,
puede ser,
que vuelva a ver,
tu susurrar,
ensuciado en el mar.

Si las animas me contaran,
los secretos de mi muerte,
y los encuentros pendientes,
al fin podría dormir,
si las ortigas de mi patio,
me acarician los pies,
te podría desvestir,
volver a mover esa red,
coger esa red y correr,

Ruidosas dudas,
se vuelven rudas,
logra conmover,
ese palpitar,
tan creciente,
mi paciencia escrita,
que parecen caer,
otra vez,
aparecen varias cuadros,
en el camino,
se perdieron en la estupidez,
y van forjando las risas,
de hombres y mujeres,
de condenados y santos,
sin luz.

Volverán las piedras,
que entristecen mi cuerpo,
y pelearán las cuerdas,
que resistieron ante él,
caerán los cuadros,
que pintaron la muerte,
y besarán mis manos,
como condena de fe,
otra vez,
te veré,
entre las calles
de mi nacer,
creeré,
en tu piel,
crearé
y caeré.







Alfonso González, Recetas Consecuentes









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